lunes, 17 de agosto de 2009

Recibimos y Publicamos
LA VOZ DE LAS URNAS
La Historia de los pueblos muestra a través de sus acciones el carácter propio que evidencia su idiosincracia social y cultural.

Verdaderas patriadas como el Éxodo Jujeño en contra de los ejércitos realistas, la lucha de clases encabezada por Martin Luther King, las manifestaciones pacíficas de Ghandi ante el imperio británico, o hasta el mismísimo Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo para liberar a su pueblo de la opresión egipcia son apenas unas ínfimas pero más que relevantes páginas que la Historia relata como verdaderas epopeyas. Todas en épocas y contextos diferentes. Pero todas coinciden en mayor o menor grado con los objetivos por el cual fueron realizadas: la opresión, la desigualdad, la falta de libertades y garantías individuales, el defender lo que es propio, etc. etc.
Podría ser innumerable la lista de eventos similares si intentara resumirlas en una hoja y con esto me excuso de no incluirlas en este editorial.

En el contexto social, político e histórico que nos toca vivir, en una localidad tan querida como lo es Pinamar para todos los que decidimos vivir en este lugar, me cuesta entender por qué pareciera ser tan objetado el hecho de que algunos, tomen la bandera de lo que creen que es injusto ante la pasividad y el desinterés de quienes tienen en sus manos el resolver un conflicto que no sólo no se resuelve, sino que evidencia perdurar en el tiempo.

Un conflicto que sin pretender ser simplista, porque en verdad es muy complejo debido al egoísmo de unos pocos a quienes sólo les interesa el poder, las apetencias y mezquindades personales, el enriquecimiento desmedido, se resolvería solamente si se oyera un poco más, o si al menos se intentara, atender la voz popular.

La voz popular de los que no tienen en su mayoría, la posibilidad de salir a los medios para decir lo que piensan, lo que creen, lo que les pasa, con sus dificultades, los que vienen luchando por años, durante décadas, a través de su trabajo honesto y esforzado, para construir un futuro o simplemente para poder sobrevivir a las necesidades básicas.

Me refiero al vecino, al hombre común, a los que no militan en ningún partido político porque no creen ante las continuas decepciones de quienes son elegidos para que los representen y que está en ellos el idear políticas de estado que aseguren el bien común de todos y no lo hacen.

Dicho esto, entonces, continúo preguntándome, qué hay que hacer para que el pueblo sea escuchado, si cuando los recursos parecieran ir agotándose, si vemos que cada vez más la situación se agrava, si es evidente que los que gobiernan no representan a nadie más que a sí mismos, y por ende, la salida cada vez se vislumbra como más distante?

No sé si la Carpa instaurada en Pinamar es la solución a los problemas. No lo creo.
No si se distorsiona el objetivo como muchos intentan disfrazarla de equivocados intereses, particularmente a los que no les conviene que esta situación de desgobierno y de inoperancia ejecutiva, prevalezca por un par de años más.

Lo que sí sé, es que si no nos movilizamos, el futuro cada vez será aún más incierto para la mayoría de los hombres honestos, de buena voluntad, los que creen en las instituciones, los que se levantan cada día para abrir su comercio o enfrentar sus actividades.

Sinceramente me apena ver enfrentados a vecinos que conviven por años en esta comunidad, que han ido inclusive a la misma escuela, o al mismo club, o que han compartido hasta almuerzos con sus respectivas familias, en definitiva, que estrecharon lazos y vínculos que deberían afianzarse con el correr de los años, más aún , en un lugar que hasta tiene su respetada modalidad de “pueblo” que generalmente conlleva a la amistad, al saludo cotidiano al cruzarse en la calle, y al respeto por el semejante.

No soy nadie ni pretendo serlo. Mucho menos cuando aquí hay gente que se merece el respeto y tiene autoridad por su propia antigüedad y que viene trabajando por un Pinamar mejor.
Sólo quisiera aportar un grano de arena para estas playas.

A la pacificación, al raciocinio, al trabajo, a la justicia social, a la igualdad de oportunidades, a proponer ideas que generen trabajo y con esto dinero y beneficios para todos.

Entiendo que la Carpa fue instalada para juntar firmas , porque es una forma de expresión, y ante esto, elevar a quien corresponda, la voluntad popular de que se llame a elecciones para que se encamine la situación político institucional que vive Pinamar.

Que sea a partir de allí, que el Pueblo elija quién quiera para que lo represente legítimamente en el Municipio. Legítimamente como debe entenderse y no como por medio de estrategias y vericuetos legales se pretende y que no convencen a nadie.

Si hay una manera mejor, pues bien, que se proponga, se discuta, y se lleve a cabo.

Me permito citar las palabras del educador, escritor, periodista y poeta Pedro B Palacios (Almafuerte ) que dijo: “Todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de la muerte”.
Y al Dr. Ricardo Balbín, cuando en su discurso al País, durante la penosa década del setenta, agregó a estas palabras: “ Argentinos de todos los rincones, civiles de todos los lugares, militares de todo el país, para qué llegar a los últimos cinco segundos…Desearía que los argentinos no empezáramos a hacer la cuenta ”.

Quisiera yo que en este querido Pinamar, no nos suceda lo mismo.

Con el mayor de los respetos.

Alejandro Oliveros
Vecino de Pinamar

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